He querido dejar para poner todos los semilleros a la vez en una sola entrada. No todas las bandejas fueron preparadas a la vez. Las semillas de fruto las sembré el 25 de febrero, es decir las semillas de tomate, berenjena y pimiento. De estas tres, sólo los tomates han nacido bien y se están desarrollando adecuadamente. Las plantas de berenjena nacieron bien pero tuvieron la visita (cómo no) de un par de caracoles que se colaron silenciosamente e imitaron al ser humano cuando talan los árboles del bosque. Dejaron los tocones. Los pimientos, ignoro por qué, no germinaron. Aunque me inclino a pensar que ha sido por falta de temperatura. No terminaré de aprender nunca.
Como las plantas de pimientos fueron deboradas por dos intrusos caracoles, tuve que traerme bandejas, potitos y compost, sa casa. Aquí preparé todo. Lo hice el 5 de abril. No era el mejor día pero no podía esperar más. Este es el estado de las plantas a los 16 días. Las de la bandeja de la derecha son las plantas repicadas de la primera.
Aquí están a los 22 días. Sólo se perdió una planta, de las repicadas. Eso sí, por la noche a la cocina, Por el día al sol de la ventana. Y ahora que hace bueno, a la poyata exterior, para que les dé bien el sol.
Aquí están, hoy, día 8 de mayo, a los 33 días. Se han fortalecido mucho y están muy sanas. Gracias a estos cuidados tendré platas de pimientos. Sembré pimentones, pimientos de una punta, de cuatro y de color amarillo. Veremos qué tal se crían cuando las ponga en la tierra, en su lugar definitivo.
Estoy evitando comprar plantas en las tiendas, porque la experiencia que tengo no es nada favorable. Siempre he tenido alguna que otra sorpresa. Y lo mismo digo del uso de los sobres comprados. Lo mejor y lo más reconfortante es recoger las propias semillas de las plantas criadas con esmero y cuidado. Es algo laborioso pero merece la pena. Además tenemos que considerar que son nuestras, que provienen de plantas que han estabelecido lazos de empatía con nosotros. No pueden fallarnos jamás. Adelante con la intención de mejorar, suelo, semillas y plantas. Tendremos la gran satisfacción de disfrutar con todo ello en aras del bien de nuestro huerto. Es la clave de una exitosa horticultura, que respetemos nuestra tierra y la queramos entrañablemente. Un abrazo a todos los enamorados de la tierra.