martes, 28 de agosto de 2012

ÉPOCA DE CONSERVAS

El calor de esta temporada y la falta de humedad han propiciado el exitoso crecimiento de las tomateras, con unos frutos excelentes. La totalidad de la cosecha aparece con una salud que uno siempre desea en sus cultivos.
Pero no todos los méritos son debidos al clima y la temperatura, porque una buena parte de este triunfo se debe al aporte de compost que tuvieron en su momento los plantines y al cuidado que tuvieron en la época de siembra, allá por el mes de marzo. Otro factor que también ha contribuído al buen resultado ha sido el origen de las propias semillas. Estos tomates son hijos de la anterior cosecha y su cuidada selección. Son, por lo tanto, semillas ecológicas, provenientes del cultivo a base de compost. De ello estoy muy contento, ya que me confirma en mi tesis de que el compost es el mejor remedio para la tierra, porque la enriquece, fortaleciendo el vigor y resistencia de las plantas a posibles enfermedades.
Deseo comentar, que en el mes de mayo, al ser mis plantines algo pequeños aún, decidí comprar en el mercado algunos algo más crecidos. Compré solo cinco. Los compré como Raff. ¡Menuda decepción cuando les vi crecer. No eran Raff. Y, más adelante, cuando mis plantas fueron creciendo, al lado de éstas, pude notar la gran diferencia entre ellas. Las compradas se han quedado algo pequeñas y con ciertas muestras de no estar al 100 por 100. Los tomates se han quedado bastante pequeños. Lo cual me indicó que, lo no ecológico no es igual que lo que sí es.
 
 
 Todo este conjunto de tomates y después de varios trasvases, se fueron quedando así en estas dos sartenes.
 
 Una vez embotados y pasados por el baño María, he aquí el resultado. Serán parte de la conserva para ser empleada a lo largo del año. Níngún ingrediente conservador, ni colorante, ni potenciador del sabor, ni ningún E-300. Un poco de sal y un poco de azúcar, eso es todo.
 
Me gustaría saber de otras experiencias. Todos aprendemos de todos.

viernes, 17 de agosto de 2012

Ecológico, pero raro y feo.

 Esta tarde, repasando el bancal de los tomates, me encontré con esta reliquia. Me llamó poderosamente la atención. Se estaba desgajando. Tuve que usar la tijera para deprenderle. Ésta es su imágen por delante.

 Y así es por la parte de abajo. ¿No es realmente extraño?

 Se me ocurrió pesarle. Lo que no podía imaginar era que llegara a pesar 850 gramos.

Y ya que empecé a tomar sus parámetros matemáticos, saqué el metro y...
Es difícil imaginar que una semilla tan pequeña como es la del tomate, sea capaz de dar estos frutos. Del gusto, demás está decir que ha de ser exquisito.
Animo a la gente a que nos muestre algunas fotos de sus plantitas o de su huerto. ¡Gracias!

martes, 7 de agosto de 2012

PRIMERA SEMANA DE AGOSTO


Cuando llegamos a estas fechas, se nos llena el corazón de gozo. ¡Qué placer pasearse por entre los bancales! Ver las plantas llenas de vida, exuberantes, felices, o incluso ya marchitas por haber llegado al fin de su ciclo, es una sensación de paz, calma y alegría que te levanta el ánimo para el resto del día. es por ello que no me resisto a publicar sus imágenes, a fin de que otros puedan disfrutar, aunque más no sea de su presencia. Si hubiese posibilidad, también serían compartidos sus frutos.
Es por lo que animo a todo aquel que tenga sus plantitas cultivadas con cariño, que muestre su trabajo, para que otros podamos también disfrutar de esa alegría que seguro tiene su dueño.


El pequeño manzano va prosperando. Alguna que otra manzana se ha caído, pero estas parecen que van por buen camino.

Las pimenteras se encuentran en pleno desarrollo de sus frutos. Hay que tener cuidado para que no se soleen con los grandes calores que vienen de vez en cuando.






Estas son algunas de las plantas que sembré para posteriormente trasplantar a los bancales. Estas se quedaron en el lugar de nacimiento. Todavía puede verse el armazón que sustentaba el plástico. Ahí se quedaron. Las cuido regándolas. Si dan fruto, mejor que mejor. Y si no, vivieron.

 Las tomateras son realmente un espectáculo digno de ser admirado. Yo no me canso de mirarlas una y otra vez. Esos sus frutos, colgando elegantes y silenciosos.





 Los calabacines, parecen no tener fin. Se cortan y al poco nacen otros. Son sensacionales.

 Puse una nueva plantación de judías, esta vez, de mata baja. Con la siembra primera de mayo no he tenido suerte. Brotaron muy bien. Pero por no sé qué razones, las flores no han cuajado y no han producido fruto. Así que sin comer judías. Esperemos que de esta nueva siembra sí que haya cosecha.
 El maíz ya pasó de los dos metros. Tuve que arreglar el pie  de tierra porque las tormentas que hubo, tumbaron por tres veces sus tallos. Ahora creo que ya no tendrán más problemas.

 
Algunos de los puerros en un pequeño bancal que les preparé aparte. El estar cubiertos de paja les mantiene la tierra siempre húmeda. Y esto hace que se desarrollen muy bien.

 Una planta de melón. Creo que comeremos algún que otro melón este verano

 Belleza incomparable.

 Sandía entre puerros. Se ven hermosas.

 Esta Sandía está al abrigo de un zapallito, como si le hubiese adoptado.



 Los zapallitos son un espectáculo de colorido y exuberancia. Meterse en su interior es descubrir todo un mundo de sensaciones.



 Las patatas dan muestras de llegar al fin de vida. Empiezan tumbándose y poco a poco se secan. Pero la sorpresa está bajo la tierra.

Algunos gladiolos, rodeados de tomateras, hinojo y dalias.


Esta densidad de uvas me está dejando perplejo. Hasta los sarmientos se arquean soportando tan enorme peso.

 Un aspecto general del huerto que cuando me pongo a regarlo, tardo una hora y media. Por ello escalono el riego en dos grupos, de esta manera se hace más llevadera la tarea.

 Pepinos y tomates que enriquecen las frescas ensaladas del verano.


 Estas son las dalias que hacen compañía a los gladiolos.

Un kaki. El arbolito es primerizo y tiene solo cinco, pero son hermosos.