sábado, 2 de marzo de 2013

Empiezan las actividades del mes de marzo

Seguramente, algunos de los que me siguen, al leer mis comentarios y ver estas imágenes pueden pensar que esto no es nada comparado con lo que ellos o ellas en estos momentos ya tienen entre manos. Pero es que en nuestro clima, en la provincia de Palencia, como así en el resto de Castilla y León, lo que antes se denominaba Castilla la Vieja, es muy riguroso y altamente adverso. Vienen tantas heladas y bajan tanto las temperaturas que hacen que todos los vegetales de la huerta estén invernando. Les cuesta mucho despertarse. Nos hacen practicar en grado sumo la paciencia. Sin embargo, las plantas silvestres, aquellas que no nos suelen gustar, las que despectivamente denominamos, "maleas hierbas", esas parece que no descansan.
 
 

Las habas son una de las pocas plantas valientes que se atreven a desafiar el rigor del invierno. Fueron sembradas el 30 de noviembre.

 
Todo el huerto tiene este aspecto de silencio y espera. Bancales vacíos.


 
Salvo las cebollas de primavera...

 
...y los ajos. Creo que ahora entenderán bien, aquello que a veces digo a algunos, cuando les digo que qué agraciados son con sus climas mucho más templados y benignos.


Pero no hay que desesperar. Debajo están los guisantes, esperando un poquito de calor para germinar. Yo les puse más tarde a propósito. Sé que algunos vecinos ya les tienen nacidos.

 
Sin embargo el perejil está resurgiendo y rebrotando de nuevo. 
 
 
Una de las cosas por las que sí me preocupo es la de la formación del compost. De forma permanente, voy incorporando todos los restos vegetales que se producen en casa. Es un trabajo que requiere mucha constancia, porque recoger las cáscaras de manzana, pera, hojitas de lechuga, posos del café, la yerba del mate, etc., todo ello día a día, con el plato al balcón y cuando la caja está llena, con la bolsa al huerto. Pero merece la pena todo el esfuerzo.
 
 
 
¡ Qué ejemplo a seguir !  ¡El relax, el tomarse las cosas con calma y despreocupación!
 
 
Las cebollas asoman la cabecita, saliendo de la tierra del semillero. No sé cómo han podido aguantar, porque desde que las sembré no les puse ninguna protección y han soportado varias heladas. ¡Ahí están!
 
 
 Los brotes del almendro luchando por resurgir y abrirse a la luz primaveral.
 
 
Estos son los semilleros que tengo. Tarea diaria de tapar y destapar. Pero doy gracias por poder realizar todo lo que hago, a pesar de las dificultades climáticas. ¡Ánimo a todos los que están en la lucha por conseguir una huerta sana y amiga!
 
 
 
Nos volveremos a ver dentro de poco, con las plantas ya nacidas, esas que duermen en el interior del invernadero. ¡Hasta pronto!

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