jueves, 20 de octubre de 2011

EL HUERTO A MEDIADOS DE OCTUBRE DE 2011

La temperatura que ha reinado a lo largo del mes de septiembre y lo que va del presente, ha permitido que muchas de las plantas sigan en una constante, aunque más leve, producción. Es por ello que he querido mostrar el actual estado del huerto. Es por demás un motivo de regocijo y alegría,  poder observar la presencia de algunos frutos.


Confiemos en que los primeros fríos no arruinen estos hermosos tomates

Este bancal estuvo ocupado previamente por los guisantes (arvejas). Ahora viven sobre él, lechugas, lombardas, coliflores, rúculas y repollos. En el tercer bancal, donde crecieron las patatas, ya está preparado para pasar el crudo invierno, previas las operaciones de mullido, abonado con compost y recubierto con una capa bien gruesa de paja.

Tercer y cuarto bancal con algunos restos, detalles que pueden verse en imágenes posteriores.

Muy al final de la estación, como ya se habían secado las judías, pensé que podría aprovechar el espacio para volver a ocuparlo por otras plantas nuevas. Así que decidí resembrarlas. Era algo pesimista pensando que no se lograrían. Pues tengo que decir que ya llevo dos cosechas y estoy a punto de pasar por tercera vez. He tenido que combatir al pulgón con buenas dosis de infusión de melisa. Les tiene un poco a raya y que aunque no les elimina totalmente, están controlados y veo que no hacen menguar la cosecha.

Las mazorcas del maíz ya están a sazón. Algunas ya se han consumido. Otras quedarán para simiente del próximo año.

Éste es uno de los detalles del 5º bancal. Una planta de calabaza Anquito, que prácticamente se había secado, conseguí sacarla adelante a base de riegos con asiduidad y constancia.

Lo mismo le ha sucedido a esta planta de calabaza marina.

Estos son ya los últimos pimientos de aquellos que tuve que resembralos tres veces por el daño causado por las babosas. Son pimientos rojos de un pico. Su sabor es extraordinario. Las plantas están pobladas de multitud de flores, pero lamentablemente no llegarán a dar su fruto, porque el frío está en puertas.

La generosidad de esta planta de zapallito, que uno tras otro sin interrupción, viene ofreciendo es digna de agradecimiento, cosa que hago todos los días cuando paso a su lado.
 
Detalle de las lechugas del 2º bancal. Las caléndulas les acompañan al igual que algunos puerros. Parecen llevarse muy bien

Vista del mismo bancal  en sentido inverso, con coles, rúculas, puerros y coliflores.

 

Aquí tenemos el gran tesoro del huerto: el montón de compost. En él llevo colocados todos los restos vegetales del huerto mismo y del hogar. Pero esta vez lo he completado con todos los restos de frutas que, caídas, los vecinos me han regalado, ya que iban a tirarslos. Las manzanas, primero las trituro en pedacitos pequeños y luego agrego algo de tierra desmenuzada y con algo de ceniza, remuevo y mezclo todo lo mejor posible, sin olvidarme de agregar el agua suficiente a toda la masa. En los días sucesivos hay que voltearlo y removerlo diariamente, porque la temperatura asciende a tantos grados que puede quemar el compost y destruirlo.


Montón destapado, sin paja, y removido

Agregado de los restos traídos desde casa.

Todo bien removido, mezclado y regado y vuelto a colocar en montón.


Y vuelta a cubrir todo. Es necesario ponerle esta capa a modo de piel y protección. Las etapas sucesivas es la de controlar el proceso para que no se vea interferido por elementos nocivos y perjudiciales. Es posible que algunas hormigas encuentre el terreno propicio para intalar su hormiguero.

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